Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.
Muchas gracias por estar aquí en esta hermosa tarde de Cuernavaca, por dedicar su tiempo, su esfuerzo para acompañarnos.
Yo quiero iniciar aquí diciéndoles que vienen mejores tiempos para Morelos, que no tengan ninguna duda.
Les quiero pedir algo y se los pido de todo corazón, tenemos que estar unidos, tenemos que estar juntos, más allá de las diferencias políticas entre compañeros, que se valen, lo que no se vale es que nos metamos el pie unos a otros.
Es el último tramo del camino de Cuauhtémoc Blanco, hay que ayudarlo, hay que apoyarlo, porque de eso depende que continúe la Cuarta Transformación en Morelos, con quien sea, con quien ustedes decidan, pero tiene que ser todos unidos, porque si no, no va a servir. Nos hacemos falta todos.
Se los digo, porque yo lo viví como gobernador en Tabasco, como candidato. Claro, yo tengo un estilo distinto de hacer las cosas, pero yo ofrecí la reconciliación en Tabasco y la conseguimos, porque al final, todos estuvimos unidos.
Todos podemos tener preferencias, pero antepongamos el interés superior. Si lo hacemos, nuestro preferido seguramente va a salir adelante. Eso era lo que quería yo aprovechar para decirles esta tarde.
Aquí también saludo la presencia de todos los adultos mayores que aquí nos acompañan. Muchas gracias. Ustedes, los adultos mayores son la esencia de este movimiento. Sin ustedes, difícilmente el movimiento hubiera triunfado. Sin ustedes, a lo mejor Andrés Manuel López Obrador no sería Presidente de México.
Pero, además, hoy aquí hay adultos mayores, pero hay del Sindicato de Electricistas, del SME, hay electricistas. Hay del Sindicato del Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua que aquí nos acompañan, del SITIMTA, maestros también nos acompañan aquí, hay jóvenes, está todo Morelos representado, hay agricultores, hay ejidatarios, hay productores, voceadores. Todos. Esta es una gran tarde en Morelos.
¿Y por qué les decía yo? Les decía que los adultos mayores son la base de este movimiento. Miren, en este país, hasta antes de que Andrés Manuel fuera presidente de la República un voceador, un electricista, un plomero, un herrero, un talabartero, un campesino, un agricultor, un ejidatario, una paisana, un zapatero, un bolero, alguien que se dedique al comercio ambulante no tenían derecho a una jubilación y sus últimos años eran sumamente difíciles.
Y Andrés Manuel que conoce de ese sufrimiento, pero a quienes apoyaron toda la vida, cuando llegó a la Presidencia de la República, sabía que había que cumplirle al pueblo, que había que cumplirle a los adultos mayores de este país.
Por eso, contra todos, contra Televisa, contra los señores del dinero que decían que era un peligro para México, contra los que pagaban carretadas de dinero en la prensa vendida, contra todos esos, la voluntad popular se impuso y ustedes, más de 30 millones de mexicanos hicieron presidente a Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua.
Y él, lo primero que hizo, cuando llegó a la Presidencia de la República fue mandar una iniciativa al Congreso de la Unión para que se hiciera ley la pensión universal para los adultos mayores.
Meses después, en enero y febrero del 2019, a sus casas fueron los servidores de la nación, que son anónimos héroes de la Cuarta Transformación.
Ellos se encargaron de levantar en todas las casas un censo, porque necesitábamos saber cuántos eran, dónde estaban y quiénes eran los adultos mayores.
Y a finales de marzo y principios de abril, en todo el país, ustedes recordarán que empezaron a citar a los adultos mayores. Algunos en las plazas públicas, otros en los parques, otros en las escuelas, en las bibliotecas, en Telégrafos de México; y por fin, 2019 años después, se hizo justicia, hay ya pensión universal para los adultos mayores.
Pero pues este es un camino sembrado de espinas y nunca falta quienes nunca han querido al pueblo, quienes se han opuesto siempre a la Cuarta Transformación, quienes le robaron la elección presidencial en el 2006, Televisa en el 2012 hasta se dio el lujo, decían ellos, de fabricar a un candidato y sentarlo en la Presidencia, hasta esposa le consiguieron.
Pues ya andan esos, como ya se acerca el proceso electoral, ¿saben qué andan diciendo? Andan diciendo que como Andrés Manuel López Obrador ya se va de la Presidencia, ya se termina la pensión para los adultos mayores.
Pues, acá les contesto con las palabras del presidente, el primero de julio en el Zócalo. Dijo el presidente, escúchenlo bien: “Venga quien venga, la pensión universal se queda, porque es un derecho y una obligación constitucional”.
Y ya, como dicen en mi pueblo, ya brincó otro, a ver si lo identifican, una chachalaca grandota de Guanajuato. ¿Saben qué anda diciendo? Le anda diciendo, aconsejando a su candidata. Le dijo que quiere que regrese la pensión para los expresidentes y que desaparezca la pensión para los adultos mayores y los programas sociales.
Y fíjense lo que dice “porque todos esos son unos…”, yo no lo voy a repetir, porque ustedes merecen nuestro respeto, nuestro noble pueblo de México, son unos fregones, dieron su vida por construir a México los adultos mayores. El zángano es él, que no sabe vivir fuera del presupuesto.
Ya que estamos muy animados ¿qué les parece si hacemos una encuesta aquí? A ver, esta no la van a ver en El Universal, ni en el Reforma, ni en Televisa, ni en El Financiero, porque allá nada más publican por la paga, pecan por la paga. Aquí manda el pueblo.
Miren, a ver ¿ustedes están de acuerdo con que les regresen la pensión a los expresidentes de la República? No se escucha. No.
Ahí va la segunda pregunta. escúchenla bien, hasta el término: ¿ustedes quieren que continúe la pensión universal para adultos mayores y que hagamos un esfuerzo para que, en lugar de que sean los 65, sea a los 63 años? Tampoco se escucha. Sí, pues ya lo escuchó Vicente Fox. Como dicen en mi pueblo: que se amuele.
Como los veo muy contentos, pues también les voy a dar una buena noticia. ¿De cuánto es la pensión que usted recibe? De cuatro mil 800. ¿Están de acuerdo? Pues, siéntense, a partir de enero va a ser de seis mil pesos. Ahí le vamos a mandar a Fox un recadito: tenga para que aprenda.
Y miren, pues ya entrado en confesiones, ¿se acuerdan de que les dije de todo lo que hizo Televisa? Años escondiendo al presidente de la República, mientras Andrés Manuel recorría incansablemente los pueblos, Televisa no decía ni pío. ¿Saben cuándo medio lo mencionaron? Cuando le dio el infarto. Decía en Televisa: ya no se va a levantar, hasta ahí llegó. No saben de qué está hecho el corazón de ese hombre.
Miren, ya lo daban por desaparecido después del infarto, reposó 20 días y el día 21, como Lázaro, se levantó y anduvo y se puso a caminar con todos ustedes.
Pues, ahora se los digo, ya Televisa empezó otra vez con su cuento. No sé a qué le tendrán miedo, algo sabrán, pero a mí no me sacan ni en los noticieros, ni en sus entrevistas, ni en sus programas. Me vale un soberano cacahuate Televisa, eso sí se los digo.
No me interesa Televisa. Miren, cuando era yo secretario de Gobernación, me tocó cubrir la conferencia Mañanera, porque el presidente tenía COVID y durante cuatro días, aparecía yo ahí en la conferencia y nada más de puro morbo, prendía yo en la noche la televisión. Nada. Decían: “El gobierno de México informó…”, ni imagen, ni nada. No me importa. A mí no me interesa Televisa, yo no le doy ninguna importancia.
Lo que verdaderamente me interesa es entrevistarme con todos ustedes. Eso es lo único que nos anima.
Les platico que ya me mandaron a un recadero, a un amigo, al que yo quiero mucho, fue a alcanzarme a Poza Rica, allá a un evento y me dijo: “Oye, Adán, fíjate que vengo de emisario”. Le digo: “Emisario ¿de quién?”. “Pues, de los señores de Televisa”. “Y ¿qué quieren los señores de Televisa, los dueños de Televisa”. “No, pues quieren que te vayas a tomar un café con ellos y ya con eso, se soluciona lo de las entrevistas. Ya vas a aparecer otra vez”.
Y le digo: “No. ¿Sabes una cosa? Diles que no puedo tomar café con ellos, porque soy alérgico, soy alérgico al café”. Nada, yo no soy alérgico, con ustedes, saquen el pote y tomamos los cafés que quieran, pero con esos nada.
Lo que les quiero decir es que no nos van a doblar ni con todo su disque poder y su dinero, no nos amedrentan, porque nosotros aprendimos a conocer al pueblo, a recorrer el país incansablemente junto a Andrés Manuel López Obrador.
Y nos tocaron todas esas tardes de lucha ¿se acuerdan cómo decíamos? Si este pueblo se organiza, no nos gana Televisa. Yo aquí les digo, claro que nos vamos a organizar y les vamos a volver a ganar. Ya los derrotamos y los vamos a volver a derrotar.
Y también aprovecho, para platicarles que ahora andamos recorriendo el país, porque el partido Morena, nuestro partido, nos nombró delegados nacionales y puso a nuestra disposición, la cantidad de cinco millones de pesos para viáticos, que si el transporte, que si el avión, que si el camión, que si la gasolina, las casetas, las comidas, hasta quieren que con eso pague uno el gel contra el bicho que siempre traemos en la bolsa.
Yo lo rechacé, no acepté ese dinero y le he pedido al dirigente nacional que se dinero lo destine a la construcción, remodelación o ampliación y equipamiento de dos Centros de Salud en las comunidades más marginadas de México: en Metlatónoc, Guerrero y en Huayacocotla, Veracruz.
Y como va a sobrar, porque ahora lo va a administrar la gente, le pedí ya que vaya pensando dos comunidades más para ayudarlas. Eso es lo que vamos a hacer. Yo no requiero de recursos públicos para andar visitándoles.
Miren, yo les pregunto: ¿cuándo escucharon ustedes que Andrés Manuel dijera: “oigan denme dinero para viáticos”? Nunca.
Yo he recorrido todo el país, prácticamente todo el país con él, desde hace muchos años. Empezábamos hasta debajo de los arbolitos, cinco, seis, fue creciendo, aquí mismo en Cuernavaca. Él siempre nos dijo: este movimiento va a triunfar. Hay que trabajar sin descanso, con las tres eses: suela de los zapatos, sudor en nuestras frentes y saliva que es la palabra que se compromete y que se tiene que cumplir y así, así lo vamos a hacer.
Miren eran jornadas interminables, empezábamos seis, siete de la mañana y terminábamos seis, siete de la noche y nunca faltó una compañera, un compañero que invitara a su casa, por muy modesta que fuera y siempre había, cuando menos un vasito con agua, un platito de frijol y algo de arroz. Si se podía, había tortillas hechas a mano. Cuando íbamos a la costa o allá, cerca de los ríos, igual y se atravesaba un pescadito frito que invitaban.
Pero, lo que les quiero decir es que esa es la nobleza, lo más grande del pueblo de México es su nobleza, su bondad, su generosidad, porque aquí en México, eso no lo tiene ningún pueblo del mundo, fíjense bien, ni los alemanes, ni lo rusos, ni los americanos, ni los franceses, ni los españoles, ni los italianos, ni los ingleses.
La nobleza del mexicano no la tienen. Aquí y se los digo de frente, aquí no dejamos nunca que un vecino, que un amigo, que un compañero pase penalidades y sabemos que no tienen ni para comer, le acercamos, le compartimos de lo que vamos a comer.
Y aquí hay muchas señoras que se han pasado tardes con la vecina, con la amiga, acompañándola porque está enferma y la ayudan con la medicina, con el remedio, ya no hablemos de cuándo se acompaña a algún amigo, porque perdió a una amiga, porque perdió a un ser querido. Eso es lo más grande que tiene el pueblo de México y nosotros tenemos que seguir honrando ese compromiso.
Miren, yo les platico, porque desde ayer empezaron: “Ah, es que Adán es paisano del presidente juega con ventaja”, yo no sé para qué, pero así dicen. Les digo: yo sí soy paisano de Andrés Manuel López Obrador, somos tabasqueños, no lo puedo negar
“Ah, pero es que es tu amigo”. “Ah, le digo, qué quieren, si va a nombrar el presidente a un secretario de Gobernación, pues nombra un amigo, a un compañero ¿o prefieren que regrese nuevamente Santiago Creel u Osorio Chong?”.
“Ah, pero es que tú andas presumiendo que es tu hermano”. “Yo no lo presumo, él es el que me presume a mí”. Soy modesto, me voy a cambiar el nombre. Cuando me nombró secretario de Gobernación dijo: “He tomado la decisión de nombrar secretario de Gobernación al gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, que es mi hermano”. Pues, él es el que me presume. Yo acepto. Yo me dejo querer.
Pero, lo que sí les puedo decir que yo aprendí, lo mucho o poco que sé de política y lo mucho o poco que he sido en política, que he sido diputado local, diputado federal, senador, gobernador, secretario de Gobernación, todo eso yo se lo debo a Andrés Manuel López Obrador. Él es mi maestro y a los maestros respeto, cariño afecto y sobre todo lealtad.
Les platico, ya falta menos, todavía quedan algunos pendientes y desde ahora se los digo, porque la decisión va a estar en las manos de ustedes. El año próximo se va a reformar el Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ya basta de que en este país se siga vendiendo la justicia al mejor postor. Ya basta de que siga habiendo tanta injusticia.
Ahora que saludé a los electricistas, llevan más de 15 años esperando una resolución que les restituya sus derechos y no han podido; y los ferrocarrileros están en esas; los maestros luchando porque a los ministros de la Corte, se les ocurrió que la jubilación de ellos se pagara en UMAS que, en lugar de subir, conforme sube el salario mínimo, va de picada.
Pero eso se va a acabar, porque vamos entre todos a cambiar a la Suprema Corte de Justicia, los jueces, los ministros, los magistrados, todos son como los mercaderes del templo, si nos atontamos, van a vender hasta las estatuas, que hay ahí en la Suprema Corte de Justicia.
Miren, les voy a platicar, porque todos tenemos que reflexionar. La decisión es de todos y es el próximo año.
Miren, me enseñó una maestra, a la que yo admiro, quiero respeto, que me aconseja siempre, que me orienta. Me dijo: “Adán Augusto” es que así habla. “Adán Augusto”. “Sí”. “Mira, que no se te olvide, en México la injusticia es como la serpiente, solamente muerde a los que están descalzos, a los que no tienen ni para un par de huaraches, al pobre, a oprimido, al marginado.
Yo les pregunto ¿cuándo han escuchado ustedes que aquí en Morelos un humilde agricultor, ejidatario, campesino, le haya ganado un juicio en defensa de su tierra, de su posesión, a un rico, a un potentado. Nunca. Se sirven con la cuchara grande, pero eso ya se acabó. Va a haber justicia en México. Va a haber un país más justo y una Suprema Corte justa.
Les platico y con eso voy a terminar. Miren, esto también me lo enseñó mi maestra. Lo más hermoso de la Cuarta Transformación, el legado que ustedes construyeron con Andrés Manuel López Obrador ese es irreversible e indestructible, es la revolución de las conciencias.
¿Saben qué ustedes significa eso? Saber distinguir entre el bueno y el malo. Entre lo bueno y lo malo; y que no se nos olvide nunca, que el bien siempre triunfa por sobre el mal.
Es la hora de la revolución de las conciencias. Es la hora del pueblo bueno. Es la hora de acompañar al presidente Andrés Manuel López Obrador en el último tramo de su camino.
La esperanza está, es una realidad y la vamos a seguir haciendo todavía más grande.
Miren y se los digo, hablábamos de la bondad y la generosidad. ¿No me entregó un papel para que yo me secara el sudor? Eso no lo vemos en ningún otro lado. Así somos.
Por eso, yo les digo, no flaqueemos. Vamos juntos, unidos, leales a acompañar a Andrés Manuel López Obrador. Esa es la revolución de las conciencias.
Que no se les olvide: ¡ustedes mandan! ¡El pueblo manda!
¡Que viva Cuernavaca!
¡Que viva el gran pueblo de Morelos!
¡Que viva Morelos!
¡Que viva México!
¡Que viva Andrés Manuel López Obrador!
Muchas gracias.
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