Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.
Me da mucho gusto estar aquí esta tarde en Córdoba. Gracias, de verdad por acompañarnos, por tomarse la molestia de venir hasta acá a la Asamblea Informativa.
(Falla de origen) de acá, de por Loma Bonita era su papá, de Tres Valles, creo que se llama.
Entonces, como en la parábola bíblica, como Lázaro, al día 21 se levantó y otra vez, se puso a recorrer el país. Se levantó y anduvo junto con todos ustedes.
Y ahora sí, a construir Morena y a consolidar este movimiento y llegó la hora de que se hiciera realidad la esperanza, porque en el 2018, ustedes, los adultos mayores, los jóvenes, los maestros, los profesionistas, todos, más de 30 millones de mexicanos convirtieron a Andrés Manuel López Obrador en el presidente más votado en la historia de este país.
Y en diciembre, cuando tomó posesión, había que cumplir la palabra, por eso, el 3 de diciembre mandó una iniciativa de ley para que los programas sociales, la pensión alimenticia para los adultos mayores se hiciera una realidad.
Y entonces, meses después, en enero, febrero, los servidores de la nación se dedicaron a recorrer el país para censar a todos, porque teníamos que saber cuántos eran, dónde estaban y cómo se llamaban los adultos mayores.
Porque teníamos una cita con la historia y a finales de marzo y principios de abril del 2019, finalmente se hizo justicia, porque en este país, hasta antes de esa fecha, un herrero, un campesino, un agricultor, un ejidatario, un carpintero, un plomero, un bolero, un albañil, un peón de albañil, una ama de casa, un vendedor ambulante, de los que venden comida, dulces o aguas o refrescos en la calle no tenía derecho a una pensión, nunca, hasta ese día.
Parecía fiesta. Los adultos mayores fueron a las escuelas, a las bibliotecas, a las plazas públicas, a las oficinas, de Telégrafos de México y llegó 2019 días después el tan ansiado día, el histórico día y los adultos mayores de este país empezaron a cobrar finalmente una pensión universal.
No hay ningún adulto de este país que esté excluido de eso, porque es un programa universal. Es para todos, desde el más modesto, hasta el más encumbrado. Porque, miren de qué tamaño es la generosidad del presidente que, hasta pagaban eso de peligro para México tienen derecho a una pensión universal.
Miren, como ya viene el tiempo electoral, pues ya empezaron otra vez, los mismos de siempre a decir: ahora que ya se va Andrés Manuel López Obrador de la Presidencia de la República, se va a acabar la pensión universal para los adultos mayores.
Yo recordaba hoy, ustedes me dirán, ¿cuándo escucharon ustedes que Andrés Manuel pidiera dinero para viáticos? Nunca. Miren, yo me acuerdo de que salíamos muy temprano a los municipios, a las plazas y la jornada siempre terminaba como a las seis, siete de la noche y nunca faltó, en cualquier rincón del país, un compañero, una compañera que invitara a su casa. A veces en los más modestos había un poco de agua, un platito de arroz y frijol que se compartía y a veces, hasta tortillita gruesa, de esa de comal.
Pero nunca faltó nada. ¿Y saben por qué nunca faltó? Porque el pueblo mexicano tiene algo que no tiene ningún pueblo del mundo. Es su bondad, su generosidad, su solidaridad.
Aquí en México y díganme si miento. Aquí en México si sabemos que un vecino está pasando hambre, les compartimos de nuestro plato y también si sabemos que un vecino, que una vecina está enferma y que a veces no tiene ni para la medicina, ahí va la señora con el remedio, con la medicina para compartirle.
Y ya no digamos cuando se pierde un ser querido, ahí estamos todos, junto a ellos. Eso es algo tan hermoso que no lo tiene ningún país del mundo, ni los rusos, ni los chinos, ni los japoneses, ni los alemanes, ni los franceses, ni los alemanes, ni los franceses, ni los italianos, ni los españoles, ni los brasileños, ni los americanos lo tienen, solamente nosotros los mexicanos.
¡Que viva el pueblo de México!
Entonces, ahí aprendimos nosotros a conocer a la gente y a estar al lado de ellos. ¿Por qué se los digo? Porque ya les platiqué que los de Televisa no nos quieren y que, entonces, ya me mandaron ahí un buscapié, decimos en mi pueblo, un reportero que me preguntara. Me dice:
“Oiga, es que andan diciendo que usted es el consentido del presidente”. Le digo: “No, no soy el consentido del presidente. ¿Por qué lo dice?” “Ah, porque usted y él son paisanos. “Ah, le digo, pues sí somos paisanos. Yo soy de Tabasco, él es de Tabasco. Somos paisanos, claro”.
“Ah, me dice, pero es que usted dice que es su amigo”. “A ver, le digo, nada más piensa, un presidente de la República puede nombrar secretario de Gobernación a quien quiera, pero nombra a sus amigos, a sus compañeros de lucha, a los que lo han acompañado en el trayecto y que él cree que son los más capacitados.
¿A poco quieres que Andrés Manuel López Obrador, o querías que Andrés Manuel López Obrador nombrara de secretario de Gobernación a Santiago Creel o a las lumbreras de Alito Moreno o al bribón de Yunes?”. No. Se gobierna con los compañeros, con los amigos.
Me dice: “Ah, es que andas presumiendo que es tu hermano”. Le digo: “No, no te equivoques. Yo no lo presumo. Es más, el que me presume es él”. Me dice: “Ah ¿cómo está eso?”. Le digo: “Mira, cuando me nombró secretario de Gobernación, grabamos un video y dijo:
‘Ante la salida de la ministra Olga Sánchez Cordero —palabras más, palabras menos—, he tomado la decisión de nombrar secretario de Gobernación al todavía gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, que es mi hermano y compañero’. Pues, si él lo dice, el que me presume es él y yo, pues me dejo querer”, ni modo que yo me niegue.
Entonces, ahí vamos a seguir, junto a ustedes, caminando en Asambleas Informativas como esta. Hace rato, así inicié y les dije que llevábamos 103, 104 Asambleas Informativas y si tenemos ese número de Asambleas y superamos, como por 50 al que más se me acerca de mi compañero o compañera, pues para qué necesitamos a Televisa. No.
Es aquí con ustedes, que le vayan perdiendo el miedo, porque sí, les vamos a ganar. Se los digo aquí en confianza, porque yo aquí me siento como en casa, ya hasta ganas me dan de ir a comer una torta ahí al Borrego. Se me hace que se la van a tener que aguantar, porque ya está soplando el viento del sureste y va a seguir soplando y se va a consolidar la Cuarta Transformación de la Vida Pública Nacional.
Y tenemos un pendiente, porque hay una asignatura que, el año que viene, más temprano que tarde lo veremos, se va a reformar, se va a modificar el Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Hay que estar preparados, porque la iniciativa ya está. La decisión depende de todos y cada uno de nosotros. Hay que participar para que se termine tanta impunidad y tanta injusticia en México.
Miren, ya basta de que un ministro de la Suprema Corte gane 600 mil pesos al mes y un humilde carpintero, si bien le va, saca cuatro, cinco mil pesos al mes. El carpintero entrega su vida para construir al país, mientras el ministro, en la comodidad de sus oficinas.
Pero, además hay que decirlo con todas sus letras, en este país, en nuestro México, desafortunadamente, la justicia está a merced del mejor postor, al que paga para obtenerla.
Allá en Orizaba se me acercó una señora y ahora que llegamos aquí a Córdoba, un señor me dice:
“Ayúdeme. No puedo, me están quitando mi terreno”. Aquí les pregunto ¿cuánta injusticia? A ver, ¿cuándo han escuchado ustedes que un humilde agricultor, campesino, ejidatario de aquí de Córdoba o de Veracruz, le haya ganado un juicio en defensa de su parcelita, de su pedazo de tierra, a un rico, a un potentado? Nunca.
La justicia es de los grandes varones, que allá van a la Suprema Corte todos los días con sus abogados, como Diego Fernández de Cevallos, pero no hay justicia.
Una maestra a la que yo quiero, admiro, respeto, a la que escucho mucho, a la que me aconseja, me dijo un día, hace como tres semanas: Adán Augusto: “En México la injusticia es como la serpiente, solo muerde a los que están descalzos, a los que no tienen ni para comprar un par de huaraches, a los pobres, a los oprimidos, a los marginados de siempre”.
Pero eso va a terminar, porque con su decidida participación vamos a transformar al Poder Judicial, a la Suprema Corte y va a haber justicia en México. Justicia para todos.
Aprovecho también para decirles que lo más bello de la Cuarta Transformación, desde luego que son los programas sociales, programas para adultos mayores, las becas Benito Juárez, la ayuda para las personas con alguna discapacidad, el programa Sembrando Vida, en fin, todos los programas sociales.
Hay otra, el sureste está hasta arriba ya. El Tren Maya, la refinería, el Transístmico, el programa la Escuela es Nuestra, las presas allá en el norte del país, el acueducto para que no falte agua en Monterrey. Muchas obras.
El programa IMSS-Bienestar, que es el rescate de la salud pública, universal y gratuita, porque va a llegar el día, más temprano, ya muy pronto en que, en todos los Centros de Salud haya médicos y medicinas y que los mexicanos podamos ir a atendernos a donde queramos y siempre habrá una buena atención. Siempre habrá servicios de salud de primera.
Pero, lo más bello de todo es algo que se engloba en cuatro palabras: revolución de las conciencias.
Eso es lo más hermoso. Cuando uno entiende que ustedes mandan, que finalmente hay justicia para ustedes, que hay programas sociales y que estamos ganándole la batalla a la marginación y que cada día estamos construyendo un mejor México, un México más igualitario es porque ya está instalada en todos nosotros la revolución de las conciencias.
Esa misma maestra me dijo: “Mira, la revolución de las conciencias es distinguir entre lo bueno y lo malo. Entre los buenos y los malos; y no se olvidemos nunca que el bien siempre triunfa por encima del mal”. Esa es la revolución de las conciencias y esa, ya es irreversible, ya no tiene camino de regreso.
Ya el pueblo manda y el pueblo soberano, el enorme pueblo de México va a seguir mandando y va a seguir apoyando en el último de su gobierno al presidente Andrés Manuel López Obrador y vamos, entre todos, a consolidar la Cuarta Transformación y a construir desde el relevo generacional el siguiente paso de la Cuarta Transformación.
Muchas gracias a todas y a todos ustedes por acompañarnos.
¡Y que viva Córdoba!
¡Que viva el trabajador, generoso, bondadoso pueblo veracruzano!
¡Que viva Veracruz!
¡Que viva México!
¡Que viva Andrés Manuel López Obrador!
—– o0o —–