…(fallas de transmisión)
Por ahí anda otro, a ver si ustedes lo identifican, es una chachalaca grandota de allá de Guanajuato. Vicente Fox, y ya saben lo que anda diciendo. Lo bueno es que, lo dejó por escrito, porque después, se anda rajando de su dicho.
Escribió y dijo a su candidata: queremos que regrese la pensión a los expresidentes de la República y que desaparezcan los programas sociales y, sobre todo, la pensión universal para los adultos mayores “porque los que la reciben son unos…”, yo no lo voy a repetir, porque ustedes son pueblo noble, generoso, entregado y dedicado.
El zángano, escúchenlo bien, el vividor de siempre se llama Vicente Fox. Ustedes no merecen ese calificativo.
Y por eso, pues por qué no aprovechamos y hacemos aquí una encuesta. Nada más, sí les platico que no se emocionen pensando en que esta encuesta va a aparecer en El Universal, el Reforma, El Financiero, El Economista o en Televisa.
Las encuestas que ahí se publican, se publican por la paga, son encuetas anímicas, porque nada más sirven para elevarle el ánimo a quien publican que va en primer lugar. ¿Saben a quién publican? Al que la paga o a quien la paga.
Pero no, en realidad son pura mentira. Es una estrategia perfecta, para ver si así tuercen la voluntad del pueblo, por eso esta encuesta no va a salir en ningún medio de desinformación.
Esta encuesta lo que sí, es que nosotros, todos, yo mismo, me voy a encargar de difundirla en todo el país, en las asambleas informativas en las que vamos a estar con ustedes.
A ver, primera pregunta. ¿Ustedes están de acuerdo en que regrese la pensión de los expresidentes de la República? No, que se lave los oídos Fox para que escuche bien cuál es la respuesta: no.
Segunda pregunta, nada más déjenme que yo termine de plantearla. ¿Ustedes están de acuerdo que continúen los programas sociales y la pensión universal para los adultos mayores y que, en este caso, hagamos un esfuerzo, propongamos que de 65 baje a 63 años de edad? Sí. Sí.
Miren, ¿saben una cosa? Ese de Guanajuato no lo ha escuchado, siempre ha tenido las orejas tapadas, porque no le interesa escuchar al pueblo.
Hoy ya salió con otra cosa, ahora ya quiere que no haya libros de texto gratuitos. No halla, ni la va a hallar nunca la manera de detener la transformación del país.
Como ya conocemos el resultado de la encuesta. Ahora yo aprovecho para darles una buena noticia, a todos los adultos mayores de este país.
Miren ¿cuántos años tiene? ¿Cuál es su nombre?
Luis Fitch: Soy Luis Fitch.
Adán Augusto López Hernández: Luis Fitch. ¿De dónde eres, Luis?
Luis Fitch: Soy de Mazatlán, Sinaloa, pero llevo aquí 40 años.
AALH: De Mazatlán, Sinaloa, pero aquí vino a construir este gran México.
¿De cuánto es, don Luis, la pensión universal que usted recibe?
Luis Fitch: Cuatro mil 800 cada dos meses.
AALH: Cuatro mil 800 pesos.
Pues le tengo una muy, muy buena noticia. Nada más que se siente don Luis, no se vaya a caer de la emoción. A partir de enero, la pensión universal para los adultos mayores aumenta 25 por ciento, va a ser de seis mil pesos.
¿Saben qué? Yo estoy tan contento aquí con ustedes que, desde aquí le decimos a Vicente Fox y aquellos: tengan para que aprendan.
Yo creo que ya no lo van a entender nunca, pero la pensión universal va más allá de un apoyo a los adultos mayores.
La pensión universal es un símbolo de unidad familiar. Eso me lo dijo, me lo platicó un día el presidente de la República. Me dijo: “La verdad es que, ni tú ni yo podemos ignorar que a veces, los niños, los hijos, piensan, pensamos que nuestro adulto mayor, nuestro viejito, nuestro abuelito, nuestra abuelita es una carga. Yo los entiendo, porque a veces no alcanza para apoyar más allá de la familia”.
Entonces, decimos, ya no puedo, es una carga mi viejito. Pero, ahora que han recuperado la dignidad, que nunca les reconocieron a los adultos mayores, se han convertido en un símbolo de unidad familiar. Ya no tiene por qué preocuparse los nietos o los hijos, porque ahora hay un abuelo, una abuela dignos, que reciben un justo reconocimiento, que es la pensión universal.
Ahora, las familias están unidas. Eso es y se los digo en otras palabras. Ese es el mejor poema de amor entre un presidente y su pueblo. Entre Andrés Manuel López Obrador y el pueblo de México.
Porque, miren, ahora lo voy a repetir. Estoy tan contento aquí en esta asamblea, que hasta les voy a hablar de poesía.
Hay un poeta chiapaneco que hablaba de esto, del mor, de la conjunción, del amor al prójimo. Y dice: “El amor no se puede callar, ni con palabras, ni con silencios”. Este es el verdadero amor. Ustedes le han dado tanto amor al presidente de la República que ahora, él es recíproco, por eso, amor con amor se paga.
Aquí aprovecho para un pequeño comercial, porque a mí, se los quiero contar, porque estoy muy contento, muy feliz de estar aquí. Hoy ha sido un día excepcional en Quintana Roo. Yo también les quiero, les llevo en el corazón.
Bueno, pues aquí les platico, ahora más que andamos recorriendo el país en asambleas informativas como estas, a mí Televisa, escúchenlo bien, no me saca en sus noticieros, ni en sus entrevistas, ni en sus programas informativos.
Cuando era yo secretario de Gobernación hace unos meses y me tocó cubrir al presidente Andrés Manuel López Obrador porque él se había enfermado de COVID, cuatro días me tocó encabezar las conferencias Mañaneras.
En la noche, por morbo un ratito prendía la televisión, a ver qué decían. Decían: “El gobierno de México informó…”, nunca decían quién había informado, ni qué había dicho, mucho menos una imagen.
Ahora, pero ni por error me sacan ahí o me mencionan. Aquí se los digo: a mí Televisa me vale un soberano cacahuate. No me interesa Televisa.
A mí lo que verdaderamente me interesa y por eso estamos aquí, es entrevistarme con ustedes, platicar con ustedes y encontrarme con ustedes. Esa es la única entrevista que realmente importa.
Les platico, hace unos días me fue a ver un amigo al que yo respeto, quiero, estimo mucho, es mi compañero. Fue a alcanzarme a Poza Rica y me dijo: “Oye, hermano, vine a verte, porque vengo de emisario”. Le digo: “¿Emisario de quién, si yo no le debo ni a los bancos, ni a Coppel, ni a Elektra?”.
Me dice: “No, emisario de los señores de Televisa, de los dueños de Televisa”. Le digo: “Ay hermano, ¿y esos qué quieren?”. “Dicen que te invitan un café, que se pongan de acuerdo y que ya, ahora sí, después de ese cafecito en sus oficinas vas a salir en los noticieros, entrevistas y programas del Canal de las Estrellas”.
Le digo: “No, primo hermano, yo soy alérgico al café”. Yo no me tomo un café con esos. En realidad, yo ni soy alérgico al café, pero con ellos, nunca. Capaz que llego a ir a las oficinas de Televisa y en una de esas, hasta me roban el Santo Niño de Atocha que siempre traigo aquí en la bolsa; con ellos nada, con ustedes, lo que ustedes quieran, ustedes mandan.
Así que se los digo, yo voy a seguir recorriendo el país, aprovecho para decirles brevemente que ahora que somos delegados nacionales, mi partido puso a disposición cinco millones de pesos, disque para los viáticos, avión, hotel, pasajes, hasta para el gel que usa uno para matar el bicho.
Yo le dije al dirigente nacional: no, yo lo acepto. Regresé el dinero y les pedí que ese dinero se utilice en la construcción, remodelación, ampliación, mantenimiento de cinco Centros de Salud en las comunidades más apartadas, más olvidadas, más marginadas de México.
Y nosotros vamos a seguir recorriendo incansablemente el país. Yo puedo decir, mirándoles de frente, yo he acompañado a Andrés Manuel López Obrador, cuando menos, en los últimos 15 años a recorrer todo el país.
Nunca, ustedes que lo han acompañado, creo que tampoco ¿cuándo han escuchado ustedes que Andrés Manuel López Obrador haya pedido dinero para viáticos? Nunca.
Porque, miren, eso es algo que debemos de estar conscientes todos. Aprendimos a recorrer el país con las tres eses: suela de los zapatos, sudor en las frentes y vaya que aquí en Cancún se suda; y saliva, que es la palabra que se empeña, que se compromete y se cumple.
Entonces, la jornada iniciaba siempre a las seis, siete de la mañana, en cualquier pueblo del país. Terminaba seis o siete de la noche y nunca faltó la compañera o el compañero que invitara a su casa. Un vasito con agua, un platito de frijol con arroz, una tortilla. A veces, como aquí en Quintana Roo había un pescadito frito o en Chiapas y Tabasco, un caldito de gallina o de pavo, pero nunca faltó.
¿Saben por qué nunca faltó una invitación para compartir el alimento? Porque esa es la esencia del pueblo de México. La bondad, la generosidad, la solidaridad de los mexicanos, no la tiene ningún pueblo en el mundo, ni los rusos, ni los chinos, ni los japoneses, ni los alemanes, ni los franceses, ni los italianos, ni los españoles. Me dijo una señora: ni Obama; pues, los ni los americanos tampoco.
Ese es el distintivo de pueblo de México. Un pueblo noble, generoso, compartido y solidario.
Aquí, cuando sabemos que una vecina, que un vecino no tiene para comer ese día, nunca falta el compañero o la compañera que le comparta y lo invite a su mesa. Si sabemos que está enfermo y que no tiene para la medicina, ahí le compartimos medicina y lo acompañaos hasta con el remedio casero. Eso es México. Esa es la esencia de México y eso, nunca nos o van a poder arrebatar.
Por eso, yo aquí se los digo, escúchenlo bien, porque nosotros somos parte de un movimiento, un movimiento que ya les ganó a los oligarcas, a los dueños del dinero, a los de Televisa y que seguramente, sin ninguna duda, les va a volver a ganar, porque somos muchos, muchos millones de mexicanos que nos vamos a dejar hasta el tuétano para defender la Cuarta Transformación de la vida pública nacional.
¿Ustedes saben lo que es dejarse hasta el tuétano? Es dejarse el alma, pero salir adelante. ¿Ya vieron cómo solidarios y bondadosos?
Miren, la Cuarta Transformación va caminando y va caminando muy bien. Nada más que todavía tenemos un pendiente. Ese pendiente es que se termine la impunidad y la corrupción y que cambie el Poder Judicial y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ustedes tienen la decisión en sus manos. El año próximo la vamos a transformar entre todos, porque desafortunadamente en este país, la justicia es para el que tiene para pagarla.
La justicia se vende al mejor postor. Los jueces, los magistrados, los ministros de la Corte son como los mercaderes del templo y si el año próximo no cambiamos, si no nos decimos a que se vayan, van a acabar vendiendo hasta la estatua de Benito Juárez que está aquí afuera.
Por eso, ustedes tienen la decisión en sus manos. Aquí entrados en confianza y con todo cariño, les quiero platicar algo que es verdaderamente hermoso.
Una maestra, a la que yo quiero, admiro, respeto, escucho mucho que me aconseja mucho, me dijo; ella es de Tabasco, habla como tabasqueño, como decimos en mi pueblo trachimocho y me dice: “Adán Augusto, en México la injusticia es como la serpiente, solo muerde a os que están descalzos, a los que no tiene ni para un par de huaraches, a los pobres, a los marginados, a los desposeídos”.
Aquí, aprovecho, tiene toda la razón la maestra y aquí les voy a hacer una pregunta, porque Quintana Roo sí se ha construido con el esfuerzo de todos ustedes, pero también, a veces la han convertido en territorio de la impunidad y de la injusticia.
¿Cuándo han sabido ustedes que un humilde agricultor, un humilde campesino, un ejidatario de Quintana Roo en defensa de su tierra, de su tierra en la Riviera Maya, de su pedacito de tierra, le haya ganado un juicio a un rico, a un potentado? Nunca.
La historia de Quintana Roo es una historia también y no podemos ocultarlo, ni olvidarlo, de injusticia y de despojos y eso tiene que cambiar por el bien de todos.
Va a haber una Suprema Corte Justa en este país, de eso no tengan ninguna duda.
Miren, ayer que estaba en Chiapas, ya les platiqué cómo pretenden los de Televisa que nos van a doblar, nunca.
Aprovecho para contarles, porque es una anécdota. Me mandan a un reportero de la televisora.
Me dice: “Oiga, es que usted juega con ventaja”. Le digo: “¿Eso cómo es?”. “Ah, es que usted es el consentido del presidente. Le digo: “No, nunca. El presidente solamente tiene un consentido y es el pueblo de México”.
Ahí va otra vez, con el micrófono y me dice: “Ah, pero es que usted anda presumiendo que es su paisano”. Le digo: “No, yo no lo presumo, pero sí somos paisanos, somos tabasqueños. Él es de Tepetitán y yo soy de Paraíso, pero somos tabasqueños.”.
Y me dice: “Ah, pero es que usted anda presumiendo que es amigo”. “No, tampoco. Nada más que razona. A mí él me nombró secretario de Gobernación y un presidente, pues nombra o invita a trabajar con él, a sus compañeros de viaje, a sus compañeros de camino, a quienes lo han acompañado, a quienes él cree que son parte de un movimiento y que tienen la capacidad para ayudarlo en las tareas de gobierno”.
Le digo: “A ver ¿qué querías, que nombrara nuevamente a Santiago Creel de secretario Gobierno o a Alito Moreno, o a Félix González Canto o a Roberto Borge? No, pues, no”.
Me dice: “Bueno, pero aquí sí, porque andas diciendo que es tu hermano. Lo andas presumiendo. Le digo: “No. Yo presumido no soy”.
“La verdad, le digo, es que el día que nombró secretario de Gobernación me dijo vamos a hacer un video. En el video él dice: ‘He tomado la decisión de nombrar como secretario de Gobernación al todavía gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, que es mi hermano’. Entonces, él es el que presume. Yo, me dejo querer”. Ni modo que no me deje querer por el presidente.
Pero, lo que sí es mi orgullo es que yo, todo lo que soy lo que he sido, lo que he aprendido en política, se lo debo a mi maestro, con él he recorrido el país, de punta a punta. Él me ha enseñado todo. Lo que he sido, diputado local, diputado federal, senador, gobernador y secretario de Gobernación se lo debo a él, a mi maestro y mi maestro se llama Andrés Manuel López Obrador.
Al maestro lealtad, respecto, reconocimiento, sobre todo lealtad y si somos capaces de construir la unidad en lealtad, vamos a ser capaces para que continúe la Cuarta Transformación de la vida pública nacional. No lo duden, va a haber relevo generacional.
Aquí, en la alegría de estar con ustedes les digo algo, se los digo muy en serio, soplan ya los vientos del sureste por todo el país y van a seguir soplando por mucho tiempo más.
Esa es la esencia de la transformación, porque lo más hermoso que ha conseguido la Cuarta Transformación, el presidente y el pueblo se llama revolución de las conciencias.
Esa misma maestra que siempre está duro y dale aconsejándome, me dijo: “Revolución de las conciencias significa distinguir entre lo bueno y lo malo. Es distinguir entre los buenos y los malos y que no se nos olvide nunca, que el bien siempre triunfa por encima del mal.
Aquí se los digo, ya triunfamos. Somos millones de mexicanos, pueblo bueno y el pueblo manda.
El pueblo manda, el pueblo bueno, mucho más.
Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
¡Que viva Cancún!
¡Qué viva el noble y trabajador pueblo de Quintana Roo!
¡Que viva Quintana Roo!
¡Que viva México!
¡Que viva Andrés Manuel López Obrador!
Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
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