Buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Miren ¿a poco hay algo más bello que hoy militantes, simpatizantes de Morena, el pueblo, esté aquí en el corazón de Atlacomulco?
Miren, tardó en llegar, casi cien años, pero ya estamos aquí. Ganamos el gobierno del Estado de México. Le cortamos la colita al dinosaurio y el Estado de México va a tener una gran gobernadora, Delfina Gómez Álvarez y ustedes la van a apoyar, ella no tiene derecho a fallarles.
Es una mujer honesta, humilde, trabajadora, entregada, dedicada, comprometida con el pueblo, pero la tenemos que apoyar con todo, porque miren y lo digo aquí, con todo lo que representa para la vieja clase política del Estado de México.
Hay mucho pueblo y va a haber mucha transformación en el Estado de México. No va a ser fácil desmontar toda la estructura de corrupción, de componendas. Va a costar, se va a llevar todavía un tiempecito, pero lo vamos a lograr.
Vamos a acompañar a Delfina para que sea un ejemplo de cómo se debe de gobernar un estado tan grande, tan importante como el Estado de México y aunque es grande e importante, lo mejor del Estado de México son ustedes, es el pueblo del Estado de México.
Muchas gracias por estar aquí acompañándonos esta tarde en un día difícil, porque todos tienen otras tareas, otras ocupaciones, pero ustedes escogieron estar aquí con nosotros ratificando el compromiso con la Cuarta Transformación de la vida pública nacional.
Aquí aprovecho, porque veo muchos, saludo y agradezco la presencia de nuestros adultos mayores. Muchas gracias por acompañarnos, de Ixtlahuaca, de Jocotitlán, de San Miguel Tenochtitlán, de San Pedro de los Baños, San Felipe del Progreso, de Temascalcingo y desde luego de Atlacomulco. Muchas gracias.
Saben, los adultos mayores son la base de este movimiento, por eso queremos reconocérselos, sin ustedes, a lo mejor nunca hubiera triunfado el pueblo, sin ustedes, sin su entrega, su dedicación, hubiese sido todavía más difícil que hoy haya justicia social en este país.
Por eso, yo inicio reconociéndoles y agradeciéndoles. ¿Saben ustedes, desde luego, todo lo que tuvo que pasar para que hoy haya un presidente como Andrés Manuel López Obrador?
Ustedes dejaron su tiempo, su esfuerzo, su empeño, pero al fin, hay un Presidente que cumple con su palabra.
Corría octubre del año 2005. Recorría el país Andrés Manuel López Obrador. Todos los pueblos y una mañana, en Oaxaca, se acercó, en un pueblo, en Jalapa del Marqués, se acercó un agricultor, como hay muchos aquí, un ejidatario y le dijo: “Oiga, licenciado, quiero pedirle un consejo, dígame qué tengo que hacer, porque tengo 73 años, mi viejita tiene 71 y me dijeron que a los que trabajamos toda la vida, el Seguro Social les da una jubilación, una pensión.
“Fui a las oficinas de Seguro y ya me dijeron que no, porque yo no trabajé en ninguna empresa, en ningún comercio. No tuve un patrón, trabajaba mi tierra, mi parcela, la cosechaba y de eso comía y si sobraba, se vendía, para obtener más cosas, pero ya me dijeron que, los que fuimos nuestro propio patrón, no tenemos derechos a nada”.
Miren, aquí muchos de ustedes les va a sonar conocido, porque aquí hay agricultores, campesinos, ejidatarios. ¿Cuándo han escuchado ustedes que haya pensión para el agricultor, como les digo, el campesino, el ejidatario, el bolero, el albañil, el peón de albañil, el electricista, el carpintero, el paletero, el vende dulces, el que vende comida en los puestos ambulantes, el que vende cualquier cosa y así se gana la vida? Nunca.
Por eso, la respuesta de Andrés Manuel López Obrador fue: “Mira, tenme paciencia. Voy a ser presidente de la República y entonces, va a existir la pensión universal para los adultos mayores”.
Y miren, era el 2005, en el 2006 le robaron la presidencia de la República en el fraude electoral más escandaloso en la historia de México, impusieron a un espurio, a Felipe Calderón.
Y entonces, Andrés Manuel lideró el descontento popular y la manera, en lo que ese descontento no se desbordara y fuimos a un plantón en el Zócalo y en Reforma. Entonces, Televisa, escúchenlo bien, Televisa, los que se sentían los señores del dinero, que se sentían amos y señores, amos y dueños de México. Esos dijeron: están locos, van a acabar con el comercio en la Ciudad de México.
Ciegos. Ciegos de ira, se dedicaron a combatir el movimiento. Un movimiento que ha sido es y seguirá siendo pacífico. En aquella ocasión, no se rompió ni un vidrio y Andrés Manuel se dedicó a recorrer el país con ustedes, con la gente, con el pueblo.
Aquí, yo venía a Atlacomulco y las reuniones eran debajo de esos árboles. Televisa lo escondió, lo desapareció de la pantalla. No lo mencionaban para nada y él, entre tanto, recorrió los pueblos junto a ustedes.
Vino la elección del 2012, ahora los mismos, Televisa, los que decían que Andrés Manuel era un peligro para México fabricaron a un candidato y lo impusieron en la presidencia de la República, lo fabricaron que hasta esposa le consiguieron ¿se acuerdan?
Pero ahora sí, vino el 2016 y otra vez, volver a empezar, otra vez luchar contra los mismos, pero caminando con ustedes, casa por casa, pueblo por pueblo. No faltó un rincón del país donde no hubiera llegado Andrés Manuel, aunque Televisa seguía sordo y mudo. Nunca lo reconocieron.
Pero vino la lucha por la reforma educativa, para que hubiese justicia para los maestros y que la educación siguiese siendo pública, laica y gratuita.
Y después, a luchar en contra de la mal llamada reforma energética, para salvar al petróleo, la electricidad y al gas, que son parte de nuestras riquezas naturales.
Antes de que se votara la reforma energética, el destino quiso que a Andrés Manuel López Obrador le diera un infarto ¿se acuerdan? Entonces, empezaron a decir, ahora sí, los mismos, los de Televisa, hasta sacaban un boletín todos los días: ya está acabado, ya no va a regresar, ya está cansado.
Y entonces, lo que es la tenacidad, la grandeza de un luchador social. Estuvo 20 días en el hospital y al día 21, como Lázaro, se levantó y anduvo y se puso a caminar junto con ustedes, por todo el país.
Ahora sí, llegó el 2018, antes se fundó Morena, que era un movimiento que se convirtió en un partido y en el 2018, ustedes, el pueblo, más de 30 millones de mexicanos hicieron presidente a Andrés Manuel López Obrador, el presidente más votado en la historia de México.
Miren, lo que es un hombre que cumple su palabra, comprometido con el pueblo, agradecido con el pueblo. ¿Saben ustedes qué fue lo primero que hizo Andrés Manuel al llegar a la Presidencia?
Mandó una iniciativa de ley para que ahora sí, hubiera pensión universal para los adultos mayores de este país y en enero y febrero, sí, es difícil, en enero y febrero del siguiente año 2019, allá fueron los servidores de la nación, con un chaleco guinda, por todo el país, casa por casa, preguntando: ¿tienen, aquí hay algún adulto mayor? ¿Cómo se llama? ¿Dónde está? Se hizo el censo de los adultos mayores, porque se necesitaba saber cuántos eran, dónde estaban y quiénes eran.
Porque en marzo y abril, ustedes se acordarán, marzo y abril del 2019, en las plazas públicas, en los parques, en las escuelas, en las bibliotecas, en las oficinas de Telégrafos, previo orden alfabético, por primera vez en la historia de este país, los adultos mayores comenzaron a recibir su pensión universal. ¿Cumplió o no cumplió el Presidente?
Y miren, tan quiere al pueblo y a los adultos mayores el presidente Andrés Manuel López Obrador que ustedes recordarán que cuando la epidemia de COVID, tuvimos que estar todos en casa, pero el que quiere bien, nunca olvida. ¿Saben qué instruyó el presidente? Que se les pagara un año por adelantado a los adultos mayores para que no les faltara nada durante la pandemia.
Y ahora, fíjense bien, escúchenlo, ahora que ya se acerca el tiempo electoral, ya andan diciendo: ah, ahora que ya se va Andrés Manuel López Obrador de la presidencia, se va a acabar la pensión universal para los adultos mayores y hay otro, se los digo aquí, que lo escuche bien, porque yo no le temo, me va a contestar con su estilo, que conteste lo que quiera.
Hay otro desvergonzado, Vicente Fox. ¿Saben qué anda diciendo? Primero, llora como plañidera, dice que quiere que regrese la pensión a los expresidentes y la más importante y que no va a suceder, pero ni en el más remoto de sus sueños, que desaparezcan los programas sociales y la pensión universal para los adultos mayores.
Miren, desde aquí, con ustedes le vamos a dar respuesta a la chachalaca deslenguada esa, yo les pregunto ¿quieren ustedes que regrese la pensión a los expresidentes?
Si ustedes lo prefieren, con un sí y nos ponemos de pie, escúchenlo bien: ¿prefieren que continúe la pensión universal y que estudiemos que pueda bajarse hasta los 63 años de edad? Sí, ustedes mandan.
Que lo escuchen bien, eso es lo que el pueblo quiere y con ustedes, lo que quieran. Ustedes mandan.
Así que, como bien dijo el presidente el primero de julio que festejamos con él en el Zócalo, voy a decir las palabras exactas, escúchenlo bien: “Venga quien venga, la pensión universal se queda, porque es un derecho y es una obligación constitucional”.
Y no nada más eso, porque les tengo una noticia. ¿De cuánto es la pensión que reciben? Cuatro mil 800 pesos. Pues, que lo escuche bien aquel, zángano, a partir de enero, la pensión universal aumenta 25 por ciento, ahora va a ser seis mil pesos. Como decimos en Tabasco: tengan para que aprendan.
Miren, aquí aprovecho para decirles, estamos en confianza, entre compañeras y compañeros, como ya estamos acercándonos al proceso electoral, como ahora Morena nos designó delegados nacionales y estamos recorriendo el país en Asambleas Informativas como estas, les informo, a mí Televisa no me saca en sus pantallas, ni en sus noticieros, ni en sus programas especiales, ni en sus entrevistas.
Pero ¿saben una cosa? Me vale, me vale Televisa. Me vale un soberano cacahuate. ¿Y saben por qué? Porque a mí, no me importa Televisa, no me interesan sus entrevistas, ni sus programas especiales, ni sus noticieros.
A mí, lo que verdaderamente me interesa y lo que voy a seguir haciendo hasta el último de mis días, es entrevistarme con ustedes, eso es lo importante. Encontrarme con ustedes.
Así que se los digo, ya me mandaron a decir con un amigo, disque emisario: “Oye, dicen los señores de Televisa, los dueños de Televisa que cuándo vas a tomarte un café con ellos para que ahora sí haya entrevistas”. Pues, delante de ustedes se los mando decir, aquí está mi respuesta: “Yo no tomaré un café nunca con los de Televisa” y no voy a estar nunca en esas pantallas, hasta que aprendan a respetarlos a ustedes. Hasta que entiendan que el pueblo manda. Ya basta de tanto abuso.
¿Saben qué decían los políticos de antes?, que eran soldados de Televisa. Entiendan, nosotros somos soldados del pueblo.
Hay otros, políticos corruptos, gobernadores, exgobernadores, yernos de exgobernadores, hijos de exgobernadores que se acostumbraron a hacer negocios a costa de la salud de los mexicanos, los de Latinus, ahora ya tienen a un periodista, un gatillero del periodismo a sueldo y lo mismo con nosotros. Hasta me mandaron decir: “Oye, que, si cuándo vas a los estudios de Latinus, porque te quieren hacer una entrevista bien cuidada”.
Le digo: “Nunca voy a ir a esos estudios”, porque si voy, es capaz que me roban el Santo Niño Santo de Atocha que aquí me cuida siempre en la bolsa. Así que se queden, pero eso sí, así como decimos: si este pueblo se organiza, no nos gana Televisa y no nos va a ganar, los vamos a volver a derrotar.
Así les decimos a los de Latinus. Ya se les acabó el negocio. Aquí en el Estado de México tenían hasta hace poco un contrato de casi seis mil millones de pesos para surtir de medicinas.
En el colmo ¿cuánto cuesta aquí una caja de paracetamol? 20, 30, dependiendo dónde la compras. ¿Saben a cuánto se la vendían al gobierno del Estado de México la misma cajita? 784 pesos. ¿Cómo se llama eso? Reverendos ladrones. Por eso nunca me van a ver nunca ahí en los estudios de Latinus.
Yo, como se los dije aquí, como nos enseñó Andrés Manuel, camina y camina, con las tres eses: suela de los zapatos, sudor en las frentes y saliva que representa la palabra que se compromete, la palabra que se cumple. Así nos enseñó él y así vamos a continuar, junto a ustedes.
Además, les digo, mi partido Morena, porque yo soy orgullosamente fundados y militante de Morena. Mi partido me designó delegado nacional junto con otros tres compañeros más y nos pidió que anduviéramos recorriendo el país en asambleas informativas, como estas.
Nos comunicaron que disponíamos de cinco millones de pesos del presupuesto del partido para nuestros gastos, que si el hotel, que si casetas, que si vehículo, que si el hospedaje, bueno, hasta el gel ese para matar al bicho lo puede uno cobrar.
Yo les dije: no, yo devolví ese dinero, no lo acepté y le pedí a mi partido que ese dinero lo destinara a dos de las comunidades más abandonadas de México, para la construcción, remodelación, ampliación o equipamiento de esos dos Centros de Salud y como va a sobrar, porque ahora lo va a administrar la gente, que ellos decidan a otros dos Centros de Salud de comunidades olvidadas de este país.
Nosotros, a como nos lo enseñó Andrés Manuel, porque si algo tiene el pueblo de México y me consta, lo vivía a su lado. Iniciábamos la jornada seis, siete de la mañana y terminábamos seis, siete de la noche y al término de la jornada, cuando caía la tarde, no faltaba la compañera o el compañero que nos invitara a su casa. Era un vasito con agua, era un caldito de frijol y arroz, si se podía una tortilla. Cuando andábamos en la costa, algún pescadito frito, una mojarra frita.
Pero, nunca faltó, porque eso es lo más hermoso del pueblo de México, lo más hermoso de ustedes es su bondad, su generosidad, aquí siempre se le tiende la mano al amigo, al compañero, al vecino, aquí no se le deja a nadie abandonado.
¿A poco ustedes no han ayudado o han sido ayudados cuando falta el alimento en la casa? ¿O cuando se necesita la palabra cariñosa, que acompañe al enfermo o a la enferma? Siempre. Eso es lo más hermoso del pueblo de México, su bondad, su generosidad, su solidaridad.
Aquí no se abandona nunca a nadie, y este pueblo es inigualable, ningún otro pueblo del mundo es tan bondadoso y tan generoso como el pueblo mexicano y por eso, nuestro compromiso es no fallarles.
Porque miren, Andrés Manuel López Obrador sí es mi paisano, claro, somos de Tabasco, los dos somos tabasqueños. ¿Es mi amigo? Sí, pues ni modo que vaya a hacer secretario de Gobernación a un adversario, a un enemigo. ¿Es mi hermano? Sí, porque él lo dijo el día que me dio posesión como secretario de Gobernación, dijo: “He tomado la decisión de designar como secretario de Gobernación a Adán Augusto López, que es mi hermano”.
Pero, lo que yo estimo más importante y ese es mi orgullo en la vida, es que yo puedo decir que todo lo que sé de político, lo que he sido, lo que soy, se lo debo a una persona y es mi maestro, porque él me enseñó a conocer el país y a conocerles a ustedes y a comprometerme con ustedes; y mi maestro se llama Andrés Manuel López Obrador y yo voy a honrar siempre, con lealtad ese compromiso y por eso, nosotros no podemos fallar
Y desde aquí aprovecho y les digo, vamos entre todos a seguir construyendo la continuidad de la Cuarta Transformación y digámoslo claro: todos es todos. Aquí cabemos todos. Aquí no hay que ese, que nada. Todos, porque es el pueblo y el pueblo no discrimina. Hagamos política entre todos, porque esa es la fortaleza del movimiento.
En unidad y con lealtad. Unidad y continuidad se construyen desde la libertad y el respeto a todos, que no se les olvide nunca.
Miren, aprovecho para decirles que todavía faltan algunas cosas por corregir, por eso, el año próximo va a cambiar, se va a reformar, se va a modificar el Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque así nos lo están mandando. Ya basta de tanta injusticia en este país. Ya basta de que la justicia esté a merced o al servicio del mejor postor, del que paga para comprarla.
Ya basta de que un ministro de la Corte gane más de 600 mil pesos mensuales, mientras el pueblo sufre. Los jueces, los magistrados y los ministros de la Corte son como los mercaderes del templo, si los dejamos, al paso que van, van a vender hasta la estatua de Isidro Fabela que está aquí en la plaza.
Miren, una maestra a la que yo quiero, admiro y respeto mucho, la encontré el otro día y me dijo, me enseñó algo tan hermoso y tan cierto, me dijo: “Adán Augusto, en México la injusticia es como la serpiente, solo muerde a los que están descalzos, a los que no tienen zapatos, a los pobres, a los marginados de siempre, a los olvidados”.
Por eso, va a cambiar la Suprema Corte de Justicia, porque, además, aquí hay muchos agricultores, campesinos o ejidatarios. ¿Cuándo han escuchado ustedes que un ejidatario, un campesino, un agricultor del Estado de México le haya ganado un juicio a un rico, a un potentado, en defensa de su tierra, de su pedacito de tierra? Nunca.
Pero eso va a terminar. Por el bien de todos: primero los pobres. Por el bien de todos, que el pueblo siga mandando, que haya justicia por fin en México.
Aquí hago un llamado: yo sé que el Estado de México es la entidad donde hay más violencia en contra de las mujeres, donde hay más feminicidios y eso va a terminar, porque nosotros vamos a apoyar con todo a Delfina Gómez que sabe cómo hacerlo y que va a haber justicia con equidad de género y va a haber respeto para nuestras mujeres.
Nunca más un feminicidio más en el Estado de México y va a haber apoyo, seguramente para las mujeres emprendedoras, para nuestras artesanas, para todas.
Es el tiempo de todos. No podemos, ni vamos a excluir a nadie. por eso, yo agradezco que ustedes me acompañen esta tarde aquí en Atlacomulco.
Termino diciéndoles: ¿hay justicia social? Sí hay justicia social en México. ¿Hay un México más justo, más libre? Sí lo hay. ¿Hay un México donde se atiende a los desfavorecidos y a los olvidados de siempre? Sí.
Eso es la Cuarta Transformación, pero lo más hermoso que nos deja Andrés Manuel López Obrador ¿saben qué es? Es la revolución de las conciencias. Esa no tiene reversa.
Miren, el dinosaurio puede regresar y ganar un municipio, que yo no lo creo. Va a intentar, pero no va a regresar nunca a gobernar el Estado de México, pero lo que seguramente nunca podrán echar para atrás, porque es irreversible, es la revolución de las conciencias.
¿Y saben qué significa la revolución de las conciencias? Distinguir entre los buenos y los malos. Entre lo bueno y lo malo y que no se nos olvide nunca: el bien siempre triunfa por encima del mal y el pueblo manda y el pueblo triunfa.
Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
¡Y que viva Atlacomulco!
¡Que viva el Estado de México!
¡Que viva México!
¡Que viva Andrés Manuel López Obrador!
Muchas gracias.
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