Muy buenas tardes a todas y todos ustedes.
Muchas gracias por acompañarnos aquí esta tarde en Guadalupe, Nuevo León.
Yo quiero agradecer, desde luego, a quienes vienen de aquí de Guadalupe, pero también agradezco a los de García, que aquí nos acompañan; a los de Cadereyta que aquí también nos acompañan; y Aramberri en el sur de Nuevo León. Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
De Santa Catarina, también, muchas gracias. 25, muchas gracias por acompañarnos; y los petroleros, y los de Ferro, los ferrocarrileros, muchas gracias.
Yo quiero iniciar agradeciendo a ustedes la disposición de acompañarnos esta tarde.
Sucedió también hace un ratito, que estuvimos en Escobedo y quiero decirles y se los digo con toda franqueza, que aún en las diferencias políticas yo reconozco cuando las autoridades hacen su papel, juegan verdaderamente su papel de autoridad y son respetuosos de los procesos de cada organización política. Aprovecho para reconocer y agradecer a la alcaldesa de Guadalupe, Cristiana Díaz, su trabajo profesional.
¿Por qué se los digo? Porque imagínense ustedes, que nosotros siguiéramos o creyéramos que en Morena Nuevo León requerimos de aspirantes a caciques, o remedos de caciques. No. Este movimiento se construyó de otra manera. No se construyó boicoteando a nadie, ni metiéndole el pie a un compañero.
Yo aquí aprovecho para hacer un llamado a la unidad. Quien piense que por su poder o su dinero va a entrar a Morena y que va a encontrar las puertas abiertas, se equivoca. Los caciques para afuera. Ese no ha sido el espíritu de Morena.
También aprovecho, porque veo muchos aquí, para agradecer la presencia de todos los adultos mayores que hoy nos acompañan. Ustedes son la esencia de este movimiento.
Ya lo platicábamos hace un rato en Escobedo, sin ustedes, posiblemente este movimiento nunca hubiera triunfado. Sin ustedes, posiblemente Andrés Manuel López Obrador nunca hubiera sido presidente de la República. Ustedes lo apoyaron en los momentos difíciles.
Aunque en este movimiento, desde luego, ayudaron mucho los jóvenes, los profesionistas, los obreros, los petroleros, los ferrocarrileros, los maestros, los profesionistas, todos ayudaron, pero la base son los adultos mayores. Ellos fueron los que, en los momentos difíciles, cuando le robaron la elección presidencial en el 2006, cuando lo llaman peligro para México.
Cuando la televisora, Televisa desapareció a Andrés Manuel López Obrador de su pantalla, ustedes lo acompañaron, en todos los rincones del país, siempre estuvieron los adultos mayores junto a él.
Cuando Televisa diseñó, fabricó a un candidato y lo sentó en la silla presidencial en 2012 ustedes estuvieron acompañándolo y recorrieron incansablemente el país con él y lo acompañaron cuando se trataba de defender la educación pública, laica y gratuita de nuestro país.
Cuando se trató también de defender la soberanía energética, la luz, el petróleo, el gas, ustedes estuvieron ayudando y estuvieron también cuando pasó, desafortunadamente por una crisis de salud, cuando le dio el infarto, mientras Televisa y los señores del dinero decían que ya estaba acabado y que nunca iba a regresar, ustedes lo animaron y por eso, como Lázaro el de la historia de la Biblia, a los 21 días, se levantó y se puso a recorrer nuevamente el país con ustedes y fundó Morena gracias al apoyo de ustedes.
Por eso, cuando en el 2018 llegó la elección presidencial, era ya imparable el apoyo popular. 30 millones, más de 30 millones de mexicanos llevaron a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República. El presidente más votado en la historia de este país.
Y no está demás recordar qué fue lo primero que hizo Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República. Tomó posesión el 1 de diciembre del 2018. El día 3 de diciembre, ya estaba mandando al Congreso de la Unión una iniciativa de ley para que se hiciese realidad ese añejo sueño de una pensión universal para los adultos mayores.
Porque hasta antes de esa fecha, no está de más recordarles que si bien la pensión universal es, como su nombre lo dice, es universal, comprende a todos los mexicanos, a partir de los 65 años, pues se hizo primordialmente pensando en los pobres, en los olvidados de siempre.
Ustedes saben que, hasta antes de la pensión universal, un bolero, un paletero, un afanador, un herrero, un carpintero, un taquero, el que vende alimentos u objetos en las calles, del agricultor, del campesino, no tienen derecho a una pensión o a una jubilación.
Tuvieron que pasar 2019 años, primero para que censaran los servidores de la nación, los anónimos héroes de la transformación son los servidores de la nación y yo sé bien que los han maltratado las autoridades, pero ellos siguen ahí, firmes, contribuyendo a fortalecer la Cuarta Transformación.
Y después en marzo y abril del 2019, a finales de marzo y a principios de abril en todas las plazas públicas, en espacios como este, en los parques, en las escuelas, en las bibliotecas, en las oficinas de Telégrafos de México y creo que hasta de Correos, finalmente, 2019 años después hubo justicia para los adultos mayores de este país y todos, sin ninguna distinción empezaron a cobrar una pensión universal, que era un reconocimiento a lo mucho que ustedes han aportado, ya no al movimiento, sino a la construcción de este país.
Porque nosotros sí estamos seguros, estamos convencidos de que aún el más modesto de los mexicanos ha aportado su esfuerzo y hasta su vida para hacer grande a México. Ese es el mayor mérito, el mayor reconocimiento que se le puede hacer a los adultos mayores.
Pero, además, es un reconocimiento que no va nada más dirigido al adulto mayor, es una especie de símbolo, de unidad familiar, que eso es lo mejor que tiene México.
¿Saben por qué de unidad familiar? Porque ninguno de nosotros está exento de haber escuchado que a veces los nietos o los hijos consideraban al abuelo, a la abuela como una carga y los entiendo, porque, pues a veces si con trabajo alcanzaba para unos, su esposa y sus dos hijos, encima tenían que ayudar a los padres o a los abuelos, pero eso ya se terminó.
Ahora, los abuelos, las abuelas, los adultos mayores tienen la posibilidad de un ingreso que es su pensión universal y eso une a las familias en lugar de dividirlas. Eso es el corazón de México. Eso es verdaderamente el alma o el significado de la pensión universal.
Por eso, ahora que andamos recorriendo el país, yo les quiero platicar, pero también les quiero pedir que no se dejen engañar. Ya andan otra vez, los que nunca quisieron a este movimiento, los que le dijeron que era un peligro para México, los que dijeron que se iban a incendiar las instituciones, los de Televisa, diciendo ahora que ya se va Andrés Manuel de la presidencia de la República, se va a terminar la pensión universal y no hay nada más falso que eso.
Les voy a decir, les voy a platicar las palabras que dio el presidente ahora que estuvimos acompañándolo en el Zócalo el primero de julio, en los cinco años, festejando los cinco años del histórico triunfo popular. Dijo, escúchenlo bien: “Venga quien venga, la pensión universal se queda, porque es un derecho y una obligación constitucional”.
Aún así, ahí siguen, ahora surgió otro, yo le digo que una chachalaca grandota de Guanajuato, pero ya me dijeron que mejor lo llame por su nombre y apellido, Vicente Fox, de triste recuerdo.
¿Saben qué anda diciendo? Para que vean cómo se unen, que le pedía a su candidata que regrese la pensión de los expresidentes y que desaparezca la pensión universal y los programas sociales, porque todos los que lo reciben, no voy a mencionar el calificativo que les puso en su escrito, el calificativo se lo queda él, el zángano es él, porque aquí hay un pueblo honesto, trabajador, educado, entregado.
Pero nunca va a comprender qué cosa es querer al pueblo, si no lo hizo cuando tuvo la máxima responsabilidad y la confianza de los mexicanos, menos lo va a entender ahora, que solamente se dedica a destilar amargura, odio, irreverencia. Eso no es querer al pueblo, es un deslenguado, así se los digo, con palabras. Imagínense ustedes faltarle al respeto al pueblo de México. Eso no tiene nombre.
Miren, vamos a hacer una encuesta. Sí les platico que esta no va a aparecer en El Universal, ni en el Reforma, ni en El Financiero, mucho menos en Televisa, porque Televisa a lo que se dedica es a escondernos a algunos, yo no sé qué temor tendrán. Así escondieron a Andrés Manuel López Obrador durante, cuando menos 10 años y así les fue.
A ver, yo les pregunto, a ver quién tiene la razón, si la tiene Fox o la tiene el pueblo. A ver, ustedes ¿están de acuerdo en que regrese la pensión a los expresidentes de la República? No. A ver, no se escucha bien. No.
Ahora escuchen la otra pregunta. Es una encuesta de dos preguntas nada más. ¿Ustedes quieren que continúe la pensión universal y los programas sociales, y hagamos un esfuerzo para bajar la edad de los 65 a los 63 años? Sí.
Pues, el pueblo decide y aquí hay unanimidad. Así que se va a quedar con las ganar Vicente Fox, vividor del presupuesto.
Ya sé que va a contestar diciendo que no, que él nada más vivió del presupuesto como diputado, como gobernador y como Presidente, que siempre vivió de un refresco de esos. Conste que usted lo dijo, no lo dije yo.
Miren, yo les tengo además una buena noticia, porque como ya quedamos que la pensión no nada más es pensando en los adultos mayores, sino pensando en todos, también a los discapacitados y a los jóvenes y las Becas Benito Juárez y la Escuela es Nuestra, Jóvenes Construyendo el Futuro.
Miren, les tengo una noticia. ¿De cuánto es la pensión universal que recibe ahora? Cuatro mil 800 pesos.
Bueno, siéntese bien, pues a partir de enero del próximo año va a aumentar 25 por ciento, va a ser de seis mil pesos. Así que, tengan para que aprendan.
Hay mucho presidente y mucho pueblo aquí en México.
Yo les platicaba de Televisa, así como escondieron a Andrés Manuel López Obrador y lo negaron, durante años que no aparecía en las noticias, no lo mencionaron. Yo no sé cuál sea el temor, pero ahora que yo ando con ustedes recorriendo el país, ya ahora lo hacen conmigo. A mí no me sacan en los programas de Televisa, ni en las entrevistas, ni en los noticieros.
Cuando me tocó, siendo ecretario de Gobernación hace unos meses cubrir al presidente de la República, porque se había enfermado de COVID, nada más por morbo en las noches, prendía yo la tele y en sus noticieros decían: el gobierno de México informó, pero no decían quién había informado y mucho menos presentaba una imagen mía.
A mí no me importa. A mí Televisa, se lo digo a ustedes, me vale un soberano cacahuate. A mí, lo que verdaderamente me importa, se los digo con toda franqueza es entrevistarme con ustedes, es encontrarme con ustedes, no con los oligarcas.
Les platico, porque también no me gusta hablar con mentiras. Ya mandaron a un amigo mío, que me fue a alcanzar, imagínense, en Poza Rica, tenía yo un evento y allá me fue a alcanzar.
Le digo: “¿Qué andas haciendo?”. “Ah, me dice, vengo de emisario”. “Ay, le digo, ¿emisario de quién?”. Me dice: “De los dueños de Televisa, de los señores de Televisa”. “Ay, le digo, ¿y esos qué quieren?”. “Ah, que te invitan un café, para que ya se arreglen las cosas y ahora sí puedas salir en las entrevistas, en sus programas especiales de ellos”. “No, hermano. Yo soy alérgico al café. Yo no tomo café con los de Televisa”, con ellos nada
La verdad es que no soy alérgico al café. Si ustedes ahorita tuviéramos aquí un tinaco de café, me tomo junto con ustedes, pero con ellos, nada, ni a la esquina. Le decía yo a un amigo, es capaz que si voy a Televisa me roban hasta el San Benito que traigo aquí en la bolsa.
No, aquí hay principios, hay convicción y yo no olvido todos los agravios que le hicieron —perdono, pero no olvido, como el presidente— que le hicieron a este movimiento, la manera tan vil en que se robaron la Presidencia de la República e impusieron a un espurio, fue mucho agravio al pueblo.
Por eso, en aquellas épocas, pueblo por pueblo, Andrés Manuel López Obrador nos enseñó una consigna que decía: si este pueblo se organiza, no nos gana Televisa.
Y yo se los digo: estamos organizados y no nos va a ganar Televisa. Ya les ganamos y les vamos a volver a ganar.
Entonces, pues que lo escuchen hasta allá, desde aquí, desde Guadalupe, Nuevo León, no le tememos. No quiero yo, ni voy a buscar aparecer ni en las entrevistas, ni en los noticieros, ni en los programas especiales, ni en sus telenovelas, en esas menos.
Y bueno, también les informo que ahora andamos recorriendo el país, que mi partido Morena, porque yo sí soy orgullosamente fundador y militante de Morena, me ha designado como delegado especial para organizar y encabezar asambleas informativas como esta.
Le agradezco al presidente Andrés Manuel López Obrador que me haya dado la oportunidad de separarme de mi encargo de secretario de Gobernación para andar recorriendo el país junto con ustedes y me dijo, el dinero del partido, que ponía a nuestra disposición cinco millones de pesos para gastos, para viáticos.
Les informo que yo no los acepté, los rechacé y le pedí que ese dinero se reintegrara a la Tesorería de la Federación, que es como la caja del gobierno federal y se destinara a la construcción, remodelación, ampliación y equipamiento de dos Centros de Salud en las comunidades más olvidadas de México, en Metlatónoc, Guerrero y en Huayacocotla, Veracruz; y si sobra, porque va a sobrar, se va a destinar a otros dos Centros de Salud en otras dos comunidades de las más marginadas de México.
Nosotros y se los digo con todo cariño, nosotros no necesitamos de recursos públicos para andar encontrándonos con ustedes. Yo aprendí con Andrés Manuel López Obrador que este movimiento se tenía que construir con ustedes, en las calles, en las plazas, en los pueblos. Él nos enseñó que era con las tres eses: suela de los zapatos, sudor en la frente y saliva, que es la palabra que se compromete y que se cumple cuando se llega al gobierno y nosotros, pues seguimos su ejemplo.
Miren, ayer que íbamos a Morelos, alguien me dice: “Ah, es que usted es el consentido del Presidente”. Le digo: “¿Por qué?”. “Ah, porque usted es su paisano”. Yo no voy a negar a mi paisano nunca, sí, somos tabasqueños los dos.
“Ah, pero es que usted es su amigo”, me dice. “A ver, le digo, él me nombró secretario de Gobernación y se gobierna con los compañeros con quienes toda una vida de confianza, que sabes cómo trabajan, como dicen, de qué manera están hechos. ¿O qué querías, que Andrés Manuel López Obrador nombrara secretario de Gobernación a Santiago Creel o al que fue secretario de Gobernación con Zedillo? Pregúnteles a los ferrocarrileros, ¿o a Osorio Chong? No, pues gobierna con los compañeros”.
“Ah, me dice, pero es que tú andas presumiendo que es tu hermano”. “No, yo no lo ando presumiendo que es mi hermano. El que me presume es él, porque cuando me nombró secretario de Gobernación dijo: ‘He tomado la decisión de nombrar como secretario de Gobernación al todavía gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, que es mi paisano, pero que es mi hermano’. Entonces, el que me presume es él, yo me dejo querer”. Imagínense ustedes que no me dejara yo querer por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lo que sí, le digo, es que, mi máximo orgullo en la vida es que, yo aprendí a conocer el país, a querer al pueblo de México, acompañando al presidente, al hoy presidente. Nunca lo escuché, yo no sé ustedes, pero yo nunca lo escuché que pidiera dinero público para viáticos, para sus gastos. Eran jornadas interminables y siempre terminábamos en la casa de algún amigo, de alguna compañera, de algún compañero y nunca faltó un vasito con agua, un plato de frijol, arroz. Cuando andábamos en zona de lagunas, de ríos o de mar, zona costera, siempre había mínimo una mojarrita frita ahí para compartirlo con una tortilla. Aquí, a veces, cuando se podía, pues había algo de machaquita, no siempre.
Pero, a lo que voy, es que esa es la esencia, lo más hermoso del pueblo de México es su bondad, es su generosidad. Aquí, nunca deja uno de tenderle la mano al vecino, al compañero. Aquí cuando sabemos que nuestro vecino no tiene ni para comer, le compartimos de nuestro modesto plato, pero nunca falta, así somos los mexicanos. Eso no lo tiene ningún pueblo del mundo.
Ni los rusos, ni los chinos, ni los alemanes, ni los alemanes, ninguno, nada más es de los mexicanos y aquí hay muchas señoras. Yo les pregunto ¿cuántas veces no se han pasado ustedes, tardes, acompañando a la amiga, la vecina, la compañera, la comadre que está enferma y como no tiene ni para la medicina, ahí le compartimos la medicina o el remedio casero y estamos al pendiente de ellos. Eso nadie, nadie nos va a igualar. Esa es la esencia, la bondad de los mexicanos.
Por eso, nosotros vamos a seguir recorriendo el país y yo todo eso, porque ese sí es mi orgullo, yo se lo aprendí a un maestro, a Andrés Manuel López Obrador que es mi maestro, eso sí y al maestro uno le debe guardar respeto, cariño, admiración, estima, pero sobre todo lealtad, que eso es lo más importante y yo se los digo: no tengan ninguna duda. Es lealtad con él y con el proyecto de nación que él encabeza, con ustedes, con el pueblo, que son los únicos a los que nosotros debemos verdaderamente lealtad.
Y por eso, también les digo, el año próximo, porque todavía hay cosas que se tienen que cambiar. Escúchenlo bien, porque eso va a depender de la participación decidida de todos ustedes y tienen que ayudarnos a convencer mucha más gente, incluso, a los que políticamente difieren de nosotros, hay que irlos a convencer, porque es necesario.
El año próximo se va a reformar, se va a modificar el Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ya basta.
A ver otra encuesta. ¿Ustedes quieren que los ministros de la Corte sigan ganando 600 mil pesos mensuales? No. Pues, se tiene que acabar, porque tiene que haber justicia. Uno de los grandes males de México es que aquí no hay justicia. Aquí la justicia se vende al mejor postor.
Aquí están los ferrocarrileros, fueron objeto de una arbitrariedad, de un abuso en el gobierno de Zedillo y hasta hoy siguen esperando justicia. Tienen la razón, el derecho les asiste. Pues, los ministros de la Corte tienen escondido el expediente en un cajón, porque ah, cómo vamos a afectar a los grandes varones del dinero, a Grupo México y a Kansas y a otro. La razón de es de ellos, por eso, tiene que cambiar el Poder Judicial y la Suprema Corte.
¿Cuándo han escuchado ustedes que un campesino, un ejidatario, un agricultor en defensa de su tierra, de su pequeña parcela, de su pequeño pedazo de tierra, le gane un juicio a un rico, a un potentado? Nunca, porque la justicia está al servicio de ellos, pero eso tiene que cambiar.
Miren, aquí se los platico, una maestra a la que yo quiero, admiro, respeto mucho, que me aconseja, me dijo el otro día: “Adán Augusto, fíjate que en México la injusticia es como la serpiente, solamente muerde al que está descalzo, al que no tiene ni para comprarse unos huaraches, al pobre, al oprimido, al marginado, al olvidado”.
Pero eso va a terminar, porque ustedes tendrán el año próximo la decisión para cambiarlo. Sí va a haber justicia para los ferrocarrileros, como tiene que haber justicia para los mineros, como tiene que haber justicia agraria para el ejidatario, para el concesionario, para todos en este país.
Nunca más una injusticia y aquí se los digo: vamos juntos todos en este empeño, porque sí vamos a cambiar al Poder Judicial y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y termino diciéndoles que lo más hermoso que tiene la Cuarta Transformación y que tiene muchos, que tiene programas sociales, tiene obra pública, tiene una modernización, le diría yo.
La desaparición del Seguro Popular vino a terminar con la corrupción que imperaba en el Sector Salud. No ha sido fácil, porque hay mafias ahí adentro, que se dedicaron a vender medicamentos a precios exorbitantes, pero ya ahora se está construyendo un sistema IMSS-Bienestar para que todos los mexicanos tengan acceso a la salud pública universal y de manera gratuita y que un enfermo de Guadalupe, de García puede ir a atenderse a cualquier parte del país, a la que él elija y haya médicos y medicinas suficientes.
Pero, lo más bello de todo se llama revolución de las conciencias y la revolución de las conciencias significa, eso también me lo enseñó mi maestra: significa distinguir entre lo bueno y lo malo; entre los buenos y los malos y no olvidar nunca que, el bien siempre triunfa por encima del mal. Esa es la esencia del pueblo de México y el pueblo de México manda y no se equivoca nunca y nosotros vamos a seguir.
Hay que seguir acompañando al presidente Andrés Manuel López Obrador en el último tramo de su gobierno, porque su mayor legado, que es la revolución de las conciencias, ese no tiene marcha atrás.
Ahora, es seguir caminando junto al pueblo y el pueblo que siga mandando y nosotros, vamos a hacer los peones del pueblo de México.
Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
¡Y que viva Guadalupe!
¡Y que viva García!
¡Y que viva Cadereyta!
¡Que viva Pesquería!
Muchas gracias, de verdad, a todas y a todos ustedes.
¡Y que viva Nuevo León!
¡Y que viva México!
¡Que viva el hermoso pueblo de Nuevo León!
¡Que viva Andrés Manuel López Obrador!
Muchas gracias.
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